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jueves, 19 de septiembre de 2013

EL MISTERIO DE LOS CATORCE ANILLOS

  El misterio de los catorce anillos

Eva entró con nerviosismo
  • Dios mio debes ayudarme estoy aterrada
  • ¿Pero que ha sucedido?, ¿no me digas que ahora si encontraste los catorce anillos?
  • No chica, por favor olvida ese asunto, eso es sólo una leyenda familiar. . . es que estoy volviéndome loca
  • ¿Como así?, Cuéntame anda siéntate
Angélica le alcanzó una silla y la animó a hablar, Eva cerró los ojos y trató de calmarse, entonces, después de respirar profundo, abrió los ojos nuevamente y dijo:
  • Es otra vez mamá, escucho su voz en las noches llamándome, esta vez me pidió que le permita descansar en paz, no se que hacer, es una locura, mamá esta muerta y ahora me llama, al principio creí que solo soñaba, pero, a medida que se repiten los llamados me doy cuenta que son reales, la otra noche me quedé despierta y la escuché claramente, me levante y encontré la ventana abierta, entonces grité pidiéndole que por favor me diga que es lo que pasa o será que quiere que yo haga algo por ella.
  • Pero. . .¿tendrá algo que ver con los catorce anillos? – preguntó Angélica
  • No vale, olvídate de eso, te repito que eso no existe.
  • ¿Y entonces? ¿que podemos hacer?
Eva continuaba llorando, se veía completamente destrozada por los nervios, se recostó en el hombro de su hermana Angélica y al cabo de varios minutos, cuando ya estaba mas tranquila dijo:
  • Pedro ha estado hablándome de una señora que sabe de esas cosas, el dice, me asegura que ella podrá ayudarme.
  • ¿Y tu que crees?
  • No se, yo no creo en esas cosas, pero estoy desesperada, no se que hacer
  • ¿Pedro? ¿y como está él?, me dijeron que está nuevamente metido en problemas y hasta hace poco tiempo sólo le interesaba el asunto ese de los catorce anillos.
  • No, yo creo que ya desistió, hace algún tiempo que no me habla de eso
  • Déjame decirte algo Eva y te ruego me disculpes, pedro es tu esposo, pero debes estar consciente de que es un desgraciado, no trabaja, es un vago y sólo está pendiente de las apuestas y tiene . . .otra mujer. . .
  • No son malas costumbres y si trabaja, él es . . . actor y cantante . . y él si me quiere.
  • ¡Bueno pues! - subió el tono Angélica - esta es la ultima, imitador y de vaina, un alcohólico es lo que realmente es
  • Pero no estamos hablando de él – dijo Eva
  • Bueno es cierto, ¿entonces que? ¿iremos a hablar con esta señora que nos recomienda tu flamante esposo? - Dijo Angélica esbozando una sonrisa y con un dejo de sarcasmo.
Una hora mas tarde estaban en casa de la “Señora Pitonisa”, allí Eva contó su historia.

  • Mamá murió hace ya nueve meses y aproximadamente hace dos, he comenzado a escuchar su voz, primero me pedía ayuda, pero estos últimos días sólo me dice que le permita descansar en paz.
La Señora Pitonisa escuchaba poniendo mucha atención y cuando hablaba lo hacía con gran seriedad y a Eva le parecía que de ella emanaba una energía especial.
  • Háblale de la leyenda de los catorce anillos - dijo Angélica
Eva cruzo una mirada con su hermana Angélica y luego se decidió a contar
  • Nuestro abuelo paterno siempre nos dijo que él guardaba una fortuna familiar, son unos anillos de oro que el tiene escondidos, según contaba el abuelo, estos anillos son parte de un tesoro que otro de nuestros antepasados había hallado en una isla o algo así, no recuerdo exactamente, pero el caso es que. . . bueno existe esta leyenda, pero nadie sabe donde están esos anillos, si es que realmente existen.
La señora pitonisa, no hizo mayor caso de este cuento de los catorce anillos y sin decir palabra se levantó de su asiento y colocando las manos sobre la cabeza de Eva, dijo unas palabras ininteligibles y de inmediato comenzó unas oraciones que tampoco se entendían, pero entonces, de repente algo sucedió, La Pitonisa quedó como tiesa y con los ojos en blanco, Angélica que estaba al lado de Eva, creyó que iba a desmayarse y trato de sostenerla, pero la Pitonisa abrió nuevamente los ojos y buscó la pared, entonces allí si se desplomó y se fue resbalando por la pared hasta caer al piso.
Eva estaba atónita, con la boca abierta, los ojos fuera de órbitas y blanca como la leche, no entendía que estaba pasando.
Después de unos segundos La pitonisa comenzó a recuperarse, tosió un poco y luego como si nada hubiese sucedido se puso en pie y señalando a Eva dijo, como si dictara sentencia:
  • Debo ir a su casa.
    Al llegar a la casa de Eva, La Pitonisa dijo:
  • Es su bastón, tráiganme su bastón

    Eva se levantó, pero, volvió a sentarse al ver una seña de su hermana Angélica.
    Angélica se introdujo en una de las habitaciones y trajo un bastón viejo, hecho de aluminio con un mango muy gastado y el tapón de la parte inferior también muy roído.
    La pitonisa abrió extraordinariamente sus ojos y sin poder contener la emoción que sentía, fue en busca del bastón, prácticamente se lo arrancó de las manos a Angélica y comenzó como a revisarlo a tocarlo, revisó el mango, el tapón de goma en la parte inferior, luego le dio unos golpecitos contra el piso y entonces finalmente dijo de manera altisonante:
  • Deben llevar el bastón a l cementerio y dejarlo en la tumba de la señora muerta, eso es todo, la señora quiere que le lleven su bastón a su tumba, quiere que le devuelvan su bastón
  • ¿Eso es todo? - pregunto Eva como extrañada pero aliviada – bueno se lo llevaremos mañana después de la misa así aprovecho de enviar el bastón a que lo limpien y lo pulan donde el señor . . .
    Pero Eva no pudo concluir sus palabras porque La Pitonisa pegó un grito:
  • ¡Noooooo!, deben llevar el bastón ahora mismo
    Eva quedó mirando extrañada a la pitonisa y quizo preguntar algo pero La Pitonisa interrumpió nuevamente diciendo:
  • Es necesario que lo lleven ahora mismo
  • Pero es de noche – dijo Eva
  • Si, es de noche, deben llevarlo de noche porque . . . - La Pitonisa parecía estar cerca de otro trance y entonces con esa expresión altisonante, sobreactuada y con imposición preguntó para asegurarse.
  • ¿Van a llevarlo ya verdad?
  • Si claro lo llevaré ahora mismo – dijo Eva
Entonces ha terminado mi tarea - dijo La Pitonisa – dio medía vuelta y se fue.
Unos minutos después Eva y Angélica, se colocaron chaqueta para el frío y salieron para el cementerio. Eva temblaba, mas de miedo que de frío, por el contrario Angélica lucía tranquila y mas bien, parecía que disfrutaba todo aquello.
Al llegar al cementerio Eva dijo:
  •  Siento que nos siguen
  • Tranquila todo esta bajo control - contestó Angelica
    Llegaron a la tumba, Eva se adelantó y rezó, luego dejó encima de la tumba el bastón
    Cuando regresaban, una sombra pasó corriendo detrás de ellas, aquella sombra se paró en la tumba, tomó el bastón y salio corriendo otra vez.
    Eva sintió algo de ruido y quizo voltear, Angélica la abrazó y no se lo permitió.
    Estando ya un poco mas tranquilas en casa, Angélica entra a una de las habitaciones y sale con un bastón
  • ¿Y ese otro bastón? Preguntó Eva extrañada.
  • El de nuestra madre
  • ¿Pero?
  • Tranquila, llevamos al cementerio, el viejo bastón del abuelo – y entonces tomo el bastón y lo puso de revés entre sus manos, haciendo un poco de fuerza giró el tapón de goma hasta que lo sacó, luego golpeándolo levemente contra el suelo fueron saliendo uno a uno los catorce anillos.
  • Eva quedo atónita y con los ojos desorbitados, Angélica Reía

    FIN

  

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