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jueves, 3 de abril de 2014

PERO ES UN SANTO.

En homenaje a mi padre

La noche estaba marcada.
Mi hijo me llamó por teléfono.
  • ¿Papá?
  • Aló ¿Si?
  • Eh . . . ¿estas en la casa?
    Aunque no lo sabía en ese momento, ahora me doy cuenta que estaba preparado para lo que venía.
  • El abuelo murió
  • Ah, ¿murió?
  • Si, me llamó el tío Fausto
  • Se murió, se murió – me repetí de manera inconsciente.
  • ¿Estas tranquilo?
  • Eh . . . si . . . o sea . . . – la primera lágrima asomó
    Unas horas mas tarde estábamos en casa de nuestro Padre, sus hijos y algunos sobrinos, si mi padre había muerto, ya se habían adelantado las gestiones y lo teníamos allí, su cuerpo, allí en su casa, nuestra casa, la casa donde crecí.
    La noche se unió con la madrugada y entre conversaciones y recuerdos me fue venciendo el cansancio, eran las tres de la madrugada, entonces me quedé dormido, me quedé dormido viendo los santos en un improvisado altar que se había montado allí en casa, me quedé dormido viendo las imagenes de los santos.
    Pero ahora estaba allí, con su gran bata blanca y su larga barba, si, lo veía claramente, con aquel enorme llavero, ah si, era San Pedro, caminaba de un lado a otro y hablaba por teléfono.
    Un fuerte ronquido se empezó a escuchar.
  • ¿Ysaias Oliveros? - San Pedro se sentó en su enorme escritorio y buscó algo en su computadora – pero, esta alma es de hoy dame primero los que ya pasaron por el purgatorio. . . ok y colgó.
    Después de pocos minutos llegaron otros santos, traían varias carpetas en mano, uno de ellos se dirigió a San Pedro, mientras entregaba una de las carpetas.
    El fuerte ronquido se intensificó.
  • Este es el caso de Ysaias, no aparece con cupo en el purgatorio
  • ¿Lo buscaste bien? – preguntó extrañado San Pedro
  • Bueno, buscalo en la lista de Ciervos de Dios
  • No, nada, tampoco está.
  • ¡No puede ser!, buscalo en la lista de Venerables
  • Ya lo busqué, tampoco está
    San Pedro abrió los ojos con asombro y pronunció otra pregunta.
  • ¿Buscaste en la lista de Beatos?
    El ronquido se continuaba escuchando y era realmente muy molestoso, otro ruido surgió de algún otro lado era como un grito seguido por el ruido de algo que cae y se rompe, eso me despertó, pero aun San Pedro tuvo tiempo de preguntar.
  • Entonces ¿es un Santo?
    Me desperté sobresaltado y repetí gritando la pregunta de San Pedro
  • ¿Es un Santo?
    Mi hermana Oneyda me contestó
  • Si es un Santo – mientras recogía del piso los trozos de una estatuilla y agregó, contrale menos mal que despertaste porque no dejas dormir a nadie con esos ronquidos tuyos.
    Entonces sonreí, porque la verdad para mi, mi papá es Un Santo.
    Si el murió el pasado 16 de marzo.
    FIN


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