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domingo, 16 de marzo de 2014

Un extraño asesinato


UN EXTRAÑO ASESINATO


Hoy en la mañana estuve paseando por la orilla de la playa, cuando de repente alguien se me acerca, era una persona bastante mayor y se veia ya muy perturbada por una senilidad poco mas que evidente. Seguramente con mas de ochenta años de edad y me dijo:

  • Yo maté al muerto – Sin saber a que se referia, quise preguntarle, pero sólo alcancé a balbucear algo inintelegible, porque el anciano volvió a decir:
  • Alla esta el muerto - Y me dejo tal como habia llegado.
Este encuentro fortuito ha hecho que me ponga a reflexionar respecto a como el paso de los años va haciendo mella en nuestras mentes todo se va borrando y solo van quedando esas cosas que en algun momento nos impactaron y que de alguna manera marcaron nuestra vida, este señor aun tenia en mente el caso de algún asesinato y esto, era evidente, aun lo perturbaba.

Luego por la tarde estuve conversando con un amigo de varios temas diferentes, entre ellos el caso de un hombre desaparecido alli mismo en el pueblo, este hecho habia sucedido hace muchos años atras, entonces recorde el encuentro en la playa con aquel anciano y le pregunte a mi amigo si sabia algo.
  • Debe ser el señor Perozo de vez en cuando sale a pasear por ahi y de repente se le acerca a la gente y le pregunta ese tipo de cosas ¿atraparon al asesino? ¿consiguieron al muerto?
  • Y a que se refiere
  • A este mismo caso que estamos hablando, dejame contarte.
Y se arranco mi amigo con un cuento larguisimo, pero a la vez muy interesante, yo aqui se los tratare de hacer lo mas breve posible.

Hubo una vez en este pueblo una familia formada por una pareja de esposos y sus dos hijos, Marta y Tiburcio, ella era la menor y el unos tres años mayor, el asunto es que Tiburcio se casó y dejo a sus padres y fue a vivir a su casa con su esposa, una mujer muy bonita llamada Perla de la cual se decia que todo el pueblo estaba enamorado de ella, pero, poco tiempo despues algo ocurrio, un dia Tiburcio salio de su casa y al regresar , no encontró a su esposa, la casa habia sido abierta y en la habitación de los esposos se encontró ropa regada en la cama y por el piso, pero lo mas desconcertante fue que se encontraron sobre la cama algunas prendas pertenecientes a la esposa de Tiburcio, manchadas de sangre, aqui en el pueblo no habia estación de policia, entonces vinieron unos policias de la ciudad y fueron los que se encargaron de averiguar el caso, uno de los policias es el señor Perozo, ese que tu conociste en la playa, el Sr. Perozo fue quien guió a los investigadores porque era quien conocia un poco mejor el pueblo, de hecho hace pocos dias se habia mudado aca.

Al dia siguiente apareció la señora Perla, lo primero que sorprendió a los policias es que no estaba herida y en sus declaraciones esto mas o menos fue lo que dijo:

Aproximadamente media hora despues que mi esposo salió, llegó a la casa Marta su hermana y me dijo que le etregara un dinero que Tiburcio tenia aqui en la casa, yo le dije que no sabia nada de dinero, de hecho mi esposo me dijo que saldria a pescar porque no teniamos dinero puesto que él tenia mas o menos un mes que no trabajaba, Marta se puso muy furiosa y me grito que ella sabia que teniamos el dinero escondido, entonces se me vino encima y quiso golpearme pero yo no me deje, ella luego me soltó y registró en varias gavetas y dentro del escaparate buscando el dinero que decia teniamos nosotros, pero no encontro nada. Dejó esa reguera de ropa que ustedes vieron y se marchó.



Los policias le preguntaron por las manchas de sangre pero ella dijo que no sabia nada con respecto a eso.
Yo iba a recoger la reguera de ropa, pero entonces llegó el Sr. Perozo quien venia muy agitado y me dijo que debia irme de la casa y casi que me sacó a empujones y me hizo entrar en un carro que manejaba otro policia, me llevaron a la ciudad y me dijeron que Tiburcio estaba metido en problemas, entonces alla en la ciudad los policias me arreglaron una semi celda, semi habitación alli pase la noche y entonces me trajeron a mi casa otra vez.
Los policias le preguntaron a Perla por su esposo y esta le repondió que el se habia ido a pescar que debia regresar mañana.

Luego interrogaron al Sr Perozo quien confirmó la historia de la Sra. Perla y añadió que cuando Perla se marchó, llegó Tiburcio quien venia con una herida en el brazo izquierdo y por eso las manchas de sangre en las ropas que estaban en la cama. El Sr. Perozo tambien dijo que Tiburcio traia en sus manos una bolsa de plastico en la cual pude ver bien empacados una gran cantidad de billetes.

  • Pero su esposa nos acaba de decir que Tiburcio se fue de pesca y que debe regresar mañana.
  • Pues Tiburcio mintió porque el vino para la casa como le estoy diciendo, les replico el Sr. Perozo, le pregunté de quien era ese dinero y se negó a decirme entonces se marchó, yo tambien me fui para mi casa.
Despues de este interrogatorio los policias preguntaron a los vecinos y confirmaron que Tiburcio no habia salido a pescar.
  • El vino a la rancheria – dijo uno de los vecinos - y estuvo conversando con nosotros es cierto, pero las lanchas salieron y el no se embarcó en ninguna luego de un rato se fue.
  • Entonces tenemos un desaparecido comentó uno de los policias
  • Vaya entonces nuestro compañero perozo dice la verdad.

Al dia siguiente declaró Marta, los policias se dieron cuenta de un nerviosismo que aunque intentaba, no podia ocultar.
Marta dijo que Tiburcio le debia un dinero y que ese dia habia escuchado a unos amigos de su hermano que decian que él tenia un dinero escondido, por eso vine a su casa a buscar mi plata entonces me encontre con su mujer y bueno discutimos pero mas nada.

  • ¿Tiburcio le dijo a usted a donde iria esa noche? – pregunto un policia
  • Yo no lo vi ese dia
  • ¿No sabia usted si estaba planeando irse de pesca o algo asi?
  • Hace algún tiempo que mi hermano dejo la pesca y la verdad no le habia escuchado que quisiera salir de pesca en estos dias.
    Por un tiempo los policias continuaron buscando pero no hallaban ningun rastro de Tiburcio, los dias pasaron y las cosas en el pueblo se fueron ajustando a la normalidad y ya todos lo daban por muerto, el tiempo siguio pasando y hasta el dia de hoy nadie consiguio jamas a Tiburcio concluyo mi amigo su largo cuento.
    Yo quise preguntarle algo, pero, en ese momento comenzamos a escuchar unos gritos que venian de alguna de las casas del pueblo, caminamos un poco para tratar de ver que ocurria, de repente, todo el lugar fue llenandose de gente.
    Al estar mas cerca de lo que ya era una multitud, pudimos entender, algunos de los gritos
  • Aqui esta el muerto, aqui esta el muerto
    Movidos por la curiosidad nos fuimos adentrando en la multitud.
  • Es en la casa del Sr. Perozo, grito otro vecino.
  • El Sr. Perozo esta muerto, pude entender entre tantos gritos.
  • Cuando pudimos llegar nos dimos cuenta de la escena dantesca
    El Sr. Perozo estaba efectivamente muerto, tendido al lado de un hueco con una pala en la mano y en el hueco a medio desenterrar, se podia ver una calavera y una osamenta.
  • Muy cerca del hueco casi dentro de este habia una bolsa negra de plastico, de donde salian billetes, eran billetes viejos que desde hace mucho tiempo estaban fuera de circulación.
    Y entonces recorde al Señor que vi en la mañana . . .

EPILOGO
Varios meses mas tarde volví donde mi amigo de la playa y como siempre estuvimos conversando un largo rato y por supuesto que le pregunté por el caso de aquel pescador llamado Tiburcio, al escuchar este nombre mi amigo reaccionó sobresaltado.
- Claro que recuerdo el caso, demasiado interesante para olvidarlo
- Pero, ¿como fue todo el asunto?, porque, yo me fui aquel día a casa sin entender nada
- Bueno, ¿que quieres saber?, pregúntame
- ¿Quien mato a Tiburcio?
- El Sr. Perozo el viejito que encontraste aquel día en la playa
- ¿Porque lo hizo?
- Ese día Tiburcio le había dicho a su mujer, Perla, que iría a pescar, pero eso era mentira, el no salió a pescar,  le dijo  eso a su esposa porque sospechaba que ella tenía un amante y quería  sorprenderlos, entonces en efecto,  cuando regresó a su casa consiguió a su esposa con el Sr. Perozo, ellos pelearon, Tiburcio  estaba  dispuesto a  matarlo,  el Sr.  Perozo sacó un gran cuchillo  y fue él quien le cortó el brazo izquierdo a Tiburcio,  le había cortado las venas, de manera que Tiburcio murió  a  los  pocos minutos.   El Sr. Perozo entonces mandó a Perla a que pasara la noche en la estación de policía de la ciudad y que no contara nada de esta pelea. Luego en la noche, cuando nadie lo veía, llevó al muerto a su casa y lo enterró en el solar, allí donde lo descubrieron ese día.
Yo interrumpí para preguntar
- El dinero, ¿Porque no tomó el dinero?
El Sr. Perozo no tomo la bolsa de dinero que tenía Tiburcio en su poder, porque poseer este dinero lo hubiera comprometido, pues ya varias personas sabían de este dinero que Tiburcio tenía. Ademas, tomar este dinero producto de aquel asesinato, eso le quemaría las manos y acentuaría la mortificación y el sentimiento de culpa.
Mi amigo hizo una pausa y yo volví a preguntar
- ¿por que, aquel día desenterró al muerto?
El Sr. Perozo, en verdad no había querido matar a Tiburcio el solo trataba de defenderse, pero la herida del brazo había sido demasiado, había roto la Vena Basílica en dos partes decía el informe forense. El Sr. Perozo pasó el resto de su vida mortificado por su conciencia, nunca pudo retomar su tranquilidad, de hecho el había comenzado a desenterrar a Tiburcio pocos días antes de morir, porque no estaba sintiéndose bien y no quería morir sin antes confesar que el había sido el asesino.

Vaya, ahora si lo veo todo claro, recuerdo claramente sus palabras aquel día:
 - Yo mate al muerto , allá esta el muerto.

FIN