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jueves, 25 de julio de 2013

¿La casa embrujada? . ¡NO!. Es una historia de Amor

¿La casa embrujada?. ¡No! . 

 Es una historia de Amor

Hace mucho tiempo, cuando yo era niño, había muy cerca en el barrio donde vivía con mis padres una casa vieja y abandonada, esta casa tenía una historia según la cual allí dentro vivía el espíritu de una señora que murió después de padecer una enfermedad respiratoria, que según fue ocasionada a consecuencia de su adicción al tabaco, los mas osados decían que la señora llevaba a cabo ciertos métodos de adivinación con el tabaco y esto es lo que en realidad le daba a la casa ese misterio que, bueno, en definitiva atrajo mi curiosidad de niño, creo que solo tenía yo, unos ocho o nueve años.

Un día amaneció el chisme de que otra vez se estaban escuchando esos gemidos lastimeros que salían de la casa embrujada, que ya empezaban a llamarla de esa forma. Una tarde poco antes de oscurecer quedé de acuerdo con mi amigo Javier y entramos a revisar la casa en cuestión. Antes de entrar bordeamos la cerca de entrada y luego en una ventana apartamos con mucho cuidado una lamina de zinc, sin embargo al menor esfuerzo la lamina cayó y nos asustamos, pero de todas maneras entramos, era seguramente una habitación, porque vimos que aun quedaban los restos de una cama y un colchón muy roto caído en el piso, salimos de esa habitación y pasamos a una pequeña sala, aquí vimos restos de basura, el piso bastante deteriorado, unos camaleones salieron de entre la basura huyendo y aunque estábamos asustados solo reímos un poco, luego pasamos a otra habitación, donde vimos los restos de un pequeño escaparate, había una ventana que daba a un callejón, pero habían unos matorrales que impedían ver hacia afuera, había otra habitación muy pequeña debía ser el baño, pero no entramos porque estaba llena de escombros.

  • Parece que aquí se cayó una pared - comente con mi amigo.
  • Creo que es, o era el baño.
  • Si es muy pequeño

    Conversábamos a muy baja voz, yo me senté en un pedazo de bloque a amarrarme las trenzas de los zapatos, Javier se sentó a mi lado.

  • ¿Que crees? ¿sera verdad?
  • No lo se, parece una casa cualquiera abandonada
  • Será que ¿la bruja solo llega en las noches?                           Nos quedamos varios minutos conversando, hubo un momento en que creímos escuchar algo, entonces hicimos silencio, pero no escuchamos nada mas. Cuando vimos que comenzaba a oscurecer decidimos salir, Javier se levantó y caminó delante, entonces allí comenzó:
  • Aaaaahhhhhhhh, noooo nnoooooo ahhhhh,
  • aaaaaaahhhhyyyyyy nooooo aaahhhhyyyyy
Quedamos petrificados en el sitio, tanto del miedo como por la curiosidad, los gemidos se repitieron, dos o tres veces mas. Javier adelantó un paso mas y se asomó en la habitación, pero ya estaba oscuro y no se veía nada, me susurró y me hizo señas para salir, caminamos silenciosamente hasta la habitación con la ventana de entrada y justo allí escuchamos ese grito aterrador:

  • Ahaaaahhhhhhhgggggggg me los comereeeeé



Salimos corriendo, Javier salió delante, yo detrás de él, corrimos un corto trecho y llegamos a mi casa parece que Javier no pudo apartar bien la lamina de zinc y se raspó el brazo izquierdo, yo me revisé y tenia también un raspón en el brazo derecho, pero no con la lamina sino con la pared, entonces en ese momento ya a salvo nos reímos, luego un poco mas tarde, nos fuimos cada quien para su casa.

En casa me regañaron por estar en la calle y los siguientes días no me dejaron salir, supongo que a Javier le sucedió algo similar.
Mi papá a solas, me aconsejó que era mejor que no dijera nada, que luego cuando yo fuera grande seguro que el podría explicármelo todo.

Los primeros días, le tomé mucho miedo a la casa embrujada, pero luego se me fue olvidando todo el asunto, ocho años después recordé aquel gran susto:

Tenia entonces 16 años y veníamos una tarde casi anocheciendo un pequeño grupo de amigos, yo venia con mi novia, mi primera novia, pasamos frente a la casa embrujada y de manera instintiva nos separamos del grupo y en tan solo un instante estábamos en aquel callejón, yo solo quería tocarla y besarla y me dejé llevar por mis instintos, al principio mi novia me decía que no, pero de manera contradictoria no me soltaba y estábamos muy concentrados en nosotros mismos cuando escuchamos unas voces desde el interior de aquella, la casa embrujada, eran las voces de varios niños, entonces recordé todo y les pegué un grito :
  • Ahaaaahhhhhhhgggggggg me los comereeeeé.
Solo escuché un gran jaleo dentro de la casa y salí rápido con mi novia del callejón y los vi correr asustados como yo aquel día.

Mi novia entonces me reclamó :
  • ¿Como se te ocurre traerme aquí? es la casa embrujada
  • No esta embrujada, eso es solo una historia.
  • Si, la historia de la bruja.
  • ¡No!, es una historia de amor.
FIN



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