EVIDENCIAS
LA CHICA DEL AUTOBÚS
La estación de autobuses
estaba abarrotada de gente . La temporada de vacaciones había
finalizado y aun habían muchas personas regresando a sus casas.
Javier también había viajado y ahora como todos volvía para retomar
su trabajo en una escuela del centro de la ciudad. Ya había comprado
su boleto después de una larga cola y abordaba en ese momento el
autobús, buscó con la mirada el puesto que se le había asignado y
se dio cuenta que el de al lado estaba ocupado por una bella
señorita.
- Buenas noches – saludó Javier – ella no contestó, se veía muy ocupada buscando algo dentro de su bolso de mano, el cual resultaba enorme dado que la chica era mas bien menuda de tamaño, mientras buscaba sacaba algunas cosas, entre ellas una bolsa de plástico casi transparente donde se podían ver varios fajos de billetes bien empacados, a Javier le pareció que habría unos cuantos miles, ella se colocó esta bolsa en el pecho para seguir buscando. Finalmente pareció encontrar lo que buscaba y dijo en voz baja:
- Aquí está – y sacó una pistola, Javier la veía por el rabillo del ojo, el no sabía de armas, pero sin duda era una pistola grande de algún metal color plateado y muy brillante, ella sacó una cartera negra y guardó allí el arma, luego volvió a meter las cosas dentro de su bolso y finalmente colocó este entre sus piernas. Entonces después de todo esto saludó a Javier:
- Buenas noches señor – ahora fue Javier quien no contestó, se había quedado viendo el bolso, pensando en las cosas que aquella bella chica llevaba allí dentro.
- Viaja con mucho dinero en efectivo - dijo Javier – ella lo miró y se llevó el dedo índice a los labios
- Disculpe
- Si, cerro el banco y no pude hacer el deposito
- y . . . ¿de donde trae el dinero?, no es bueno traer mucho efectivo, es una provocación para los ladrones.
- Si, lo se, pero ya por favor, que si lo sigue diciendo entonces si se enteran
- Disculpe - repitió Javier un poco apenado.
- Mi papa tiene un establecimiento de apuestas, recoge toda clase de jugadas para las carreras de caballos, la ultima carrera terminó tarde y se atrasó todo, entonces, bueno, tuve que traerme el dinero
- Usted ¿no juega a los caballos?
- No, yo no . . . pero . . .
- Mi papá tiene toda la información necesaria, sabe todos los guisos
- ¿Los guisos?
- Si, las trampas pues
- Y ¿hacen trampas?
- Claro es pura trampa . . . ella se interrumpió porque su celular se activó, tenía una llamada
- Aló, claro, no no no, el jinete si pero el entrenador no. . .yo no sabía nada. . . si son cien mil OK. . . ah está bien, buscame en el terminal de pasajeros.
Después de la llamada la
chica guardó silencio y no volvió a decir nada en todo el trayecto,
una hora mas tarde, se levantó de su asiento y subiendo un poco
la voz se dirigió al conductor del autobús.
- Por favor, en la próxima parada señor – seguidamente escribió algo en un papel y se lo entregó a Javier, quien levantó los hombros en señal de que no entendía, entonces ella agregó.
- Llámame a ese teléfono el próximo sábado
- ¿Pero?
- Llámame para que ganemos a los caballos
Javier tomó el papel,
pero aun no entendía, el no jugaba a los caballos y la verdad no
pensaba jugar, pero igual la chica le había entregado el papel con
un numero de teléfono. Javier sacó su pequeño móvil y guardó en su
base de datos el numero, al momento de identificarlo levantó los
ojos arriba y a la derecha y luego escribió “la chica del
autobus”.
El
sábado siguiente, mas bien por curiosidad que por cualquier otra cosa
se fue al centro hípico en el centro de la ciudad y se dijo que . .
.llamaría a la chica del autobús y jugaría una cantidad mínima para
probar, al llegar llamó pero nadie le contestó, esperó unos
minutos y volvió a llamar, pero nadie contestaba, estuvo insistiendo
por poco mas de una hora hasta que una voz de hombre le contestó:
- ¿Ah? Buenas tardes ¿quien habla? - dijo la voz del otro lado
- Aló. . . pero . . . ¿quien habla? - Javier se sorprendió porque esperaba una voz de mujer
- Dime tu ¿quien eres?
- Quería hablar con una chica. . . pero
- No hay ninguna chica hermano, estas equivocado.
- Disculpe señor – dijo Javier – y terminó la llamada.
El
resto de la tarde estuvo viendo las carreras y aunque le parecieron
interesantes no apostó en ninguna. Al final de la tarde cuando
terminaron las competencias se fue a pie hasta la estación de
autobuses y buscó el que correspondía a su ruta y subió. El
autobús esta vez no tenía tantos pasajeros de manera que tan solo al
subir se dio cuenta que allí en el mismo asiento que la vez anterior
estaba su amiga “la chica del autobus”. Ella enseguida lo
identificó y lo llamó, esta vez lucía un poco nerviosa.
- Me están siguiendo – le dijo - debes ayudarmne – la chica parecía realmente asustada
- Te llamé y me contestó un hombre
- Es mi padre me cambió el numero, lo hace cada vez que lo cree conveniente
- ¿Pero que sucede? - preguntó Javier ya contagiado de los nervios de ella
- Me están siguiendo – repitió ella
- ¿Pero que sucede? Anda cuentame, ¿quien te sigue?
- No lo se, pero estoy segura de que hay varias personas siguiendome, quizá solo quieren saber mis movimientos o con quien me reuno.
- Dios mio, pero ¿como puede ser?
- Si, lo que sucede es que este sábado viene El Gran Clásico de potros.
- Y¿entonces?
- Bueno es que no quiero implicarte
- Creo que ya estoy implicado
Ella
hizo una pausa, tomó aire y entonces, como si lo hubiera decidido en
ese momento, comenzó a contar.
- El próximo sábado habrá una carrera muy importante, es una de las carreras con mas alto premio de la temporada y ya tenemos el ganador, bueno mi padre ya lo tiene, es un caballo feo, mi padre dice que es un “charal Gurrufero”, que no ha lucido nada bien en sus dos primeras salidas y ahora lo van a lanzar a ganar en la carrera clásica.
- Y ¿como puede ser? Si no ha lucido bien en las dos primeras presentaciones ¿como dices ahora que va a ganar?
- Bueno eso es precisamente lo mejor
- No entiendo
- En privado, cuando lo corren, el caballo luce como lo mejor del mundo, pero es muy feo, no lo quiso nadie en las subastas, pero los muchachos de la cuadra dicen que cuando lo hagan correr, el caballo va a demostrar lo que realmente tiene, es todo un campeón
- ¡Ah! No lo han hecho correr en las dos carreras anteriores y lo tienen preparado para esta ¿es eso? Ya veo
- ¡Ah! Pero no eres tan tonto - Javier la miró frunciendo un poco las cejas
- Ya quedate tranquilo, es solo en juego
- Pero, volviendo a lo anterior – dijo Javier – todo eso ¿que relación tiene con el asunto de que te andan siguiendo?
- Claro yo soy el contacto para dar la información a toda mi gente, pero ya desde el año pasado me tienen identificada otros grupos de poder que operan en las apuestas y mueven los dividendos
- Aun no entiendo
- A parte de tener caballos mi padre también cobra para dar información de los caballos que se tienen para ganar, hay mafias que solo esperan a que mi padre pase la información para saber que es lo que tenemos para ganar y soy yo quien pasa esa información, soy quien llama o me llaman para dar la información.
- ¿Y entonces?
- Este año hemos recibido amenazas, porque el año pasado - ella titubeo un poco – ellos sospechan que mi padre los engañó o sea ellos creen que no le dimos el caballo que realmente teníamos para ganar, el caballo que recomendamos jugar perdió en foto tan solo por nariz, sin embargo el caballo que se lo ganó es de mi padre y por eso están tan recelosos para la carrera de este año, de manera que si este año no le damos realmente el ganador, bueno no se que pueden hacernos porque como te digo tienen mucho poder en el hipódromo, en las apuestas y en todos estos ambientes.
- ¡Ah! ya voy entendiendo – entonces pues debes darle la información y así te dejan tranquila
- Así es, aunque no exactamente, pero en fin, veo que vas entendiendo rápidamente
- Bueno, esta bien tu sabrás tus cosas
- Tienes que ayudarme
- Y . . ¿como puedo ayudarte?
- Tu pasaras la información a todo el mundo, a ti no te conocen, no te andan vigilando y puedes operar sin temor a ser visto
- ¿Tu pasaras una información falsa? - preguntó Javier – todos jugaran a ese caballo y yo la verdadera de manera oculta, este otro caballo gana y solo tu padre gana con gran dividendo
- Yo sabía que no eras ningún tonto
- Pero al final de la carrera, cuando ya se tenga el resultado, todos sabrán que los has defraudado, entonces si te van a matar.
- Ya mi padre ha pensado en eso y me dijo que lo tiene todo listo
- ¿y como van hacer?
- No lo se, yo confío en mi padre, tiene la vida haciendo lo que hace.
Ella
se interrumpió porque se le activo el celular, revisó el numero
antes de contestar
- Es mi padre - dijo - mirando a Javier – y este observó el temblor en sus manos.
- Aló . . . si ya tengo la persona que . . . si, ¿pero? . . .ya le conté todo
- ¿y entonces? . . . ¿que haremos?
- Si . . .lo que tu digas. . . claro si. . . está bien. . . ¿yo? . . .yo me siento perfectamente bien - y entonces allí terminó la llamada, miró a Javier por unos segundos antes de decir:
- Nuevas dificultades, cambio de planes, olvida todo lo que te dije, no se podrá efectuar la doble información porque viene un experto, mi padre dice que es realmente un hombre muy conocedor, al que no podremos engañar.
- ¿Y ahora que hacemos?
- No lo se, los mafiosos esos llegan mañana y se van a reunir con papá en la cuadra ya no nos creen quieren ver ellos con sus propios ojos el caballo que señalemos como “el seguro ganador”
- Quiere eso decir que ¿ya no hay nada que hacer? . . . y . . . ¿se caen todos los planes?
- No lo se, ya no podemos vernos mas mi padre me ha dicho que debo ir a la cuadra y algo debe ir muy mal . . .porque . . me ha preguntado por mi salud. Esto es una locura – esta ultima frase Javier la sintió cargada de nervios, agonía, desasociego, pero sobre todo una gran emoción, por eso preguntó
- ¿Que es una locura?
- Todo esto – ella en el fondo sospechaba algo, pero no quiso decírselo a Javier – luego agregó – debo irme, mi papi me espera no le puedo fallar.
Estas
ultimas palabras le quedaron rebotando a Javier en el lóbulo temporal
izquierdo, especialmente lo de “mi papi”, era como si de repente
hubiera hablado una niña. Una idea asaltó su mente y salió de su
abstracción y buscó a la chica, pero ella, como ocurre siempre en
estos casos ya no estaba.
A
Javier solo le quedaba esperar el sábado a las 4:30 pm y saber que
sucedería.
El
día de la reunión
Había
nervios en el ambiente, pero Don Eusebio lucia tranquilo, estaba
alargando la espera retrasando lo mas posible el momento de
presentarles el caballo. En varias oportunidades inventó otros temas
de conversación para alargar la espera. Hasta que el jefe de la
delegación mafiosa dijo:
- Don Eusebio creo que estamos hablando demasiado para el tiempo que nos conocemos, vamos a ver a ese futuro campeón.
- Claro por supuesto, Don Eusebio hizo señas a uno de sus hombres, que practicamente vivían en el establo y después de unos minutos traían al renombrado animal entre cinco de sus hombres, porque el referido campeón no quería caminar y lo llevaban unos tirando de las bridas hacia adelante y otros empujándolo desde atrás, al llegar al sitio el caballo aparentemente decidió tranquilizarse.
- Este es nuestro campeón – dijo Don Eusebio
- El experto de la delegación mafiosa cruzó una mirada con su jefe, este vino a conversar con el experto, esta conversación se extendió por varios minutos, mientras hablaban el experto señalaba al caballo
Después
de mas de quince minutos de conversación el jefe mafioso se acercó
a Don Eusebio mientras decía mirándolo de frente:
- ¿Entonces? ¿De manera que este es el plan verdad? Desde el año pasado estoy esperando este momento, ¿que se ha creído usted? - había subido la voz - acaso tenemos cara de tontos aquí nosotros – volteó a señalar a las personas que lo acompañaban – pues esta usted equivocado, a quien quiere engañar con ese pedazo de “charal peludo” y además mañoso . . . y . . . que carajo. . . pero si solo es un saco de huesos – ahora había gritado y le sobrevino un ataque de tos
Don
Eusebio aprovechó la pausa y dijo en un tono seco y sin
vacilaciones:
- Le aseguro que este es el ganador Don Fulgencio
- ¿Quien es el jockey?
- Aun no lo sabemos, nadie quiere, usted sabe . . . es feo. . .y bueno . . . nadie quiere
- Por supuesto que ni siquiera sabe quien lo montara. Le advierto que . . . ¿cual es el otro caballo inscrito de su cuadra?
- Usted sabe es PEGASUS PLUS
- No me engañara esta vez
- Pero el ganador es “EL GATO GUARDADO” – dijo, ahora en un tono solemne
- Guarde su charal peludo y gurrufero, no jugaremos a ese saco de huesos.
La
reunión terminó intempestivamente, guardaron al caballo, el cual
emitía un relincho apagado como si se estuviera riendo.
El
día de la carrera
Se
sentían latir los corazones, las espectativas del publico y los
comentarios de los opinadores de oficio habían construido por si
solas un huracán de noticias sin fin de lo que sería la carrera,
pero en el momento en que el arrancador abrió las puertas comenzó
otra historia.
La
carrera como tal no presentó mayores espectativas. EL GATO GUARDADO
salió en punta y se acabo todo el show, se vino en un solo galopar
frenético pero a la vez suave y desembrollado hasta la meta. El hipodromo quedó en silencio. Solo un suspiro
apagado se dejó escuchar en alguna parte de la tribuna.
Don
Eusebio, no vio el momento propicio para hacer ninguna celebración,
solo sonrió cuando se dio cuenta que una cámara lo enfocaba.
En
otra parte un espectador veía la carrera desde un centro hípico, solo
por curiosidad porque no estaba apostando, solo esperaba algo que le
dijera quien era ese GATO GUARDADO, no sabía que esperaba, pero lo
esperaba.
Entonces
la cámara hizo un close up de la cara de felicidad que mostraba el
Jockey o era la Jocketa, si era una chica, allí mismo en el padock se
deshizo del casco y entonces Javier la reconoció.
¿Como
era que se llamaba? - pensó Javier – busco en su celular, pero
antes de ver el teléfono recordó que solo era
LA
CHICA DEL AUTOBÚS
Epilogo
Don
Eusebio recibió una llamada:
- Aló . . . si soy yo – del otro lado – hablaba Don Fulgencio con tono de lamento y disculpa.
- Lo felicito por ese bello, bueno bello no, por ese campeón, espero me disculpe, lo llamo para que sepa que jamas volveré a desconfiar de su gran tino.
- Estamos a su orden Don fulgencio – luego se despidió sin soltar la geringa, estaba preparando otro campeón.
FIN
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