Mas de los
niños traviesos
CASTILLOS DE ARENA
Hoy les voy a narrar un cuento muy
corto, pero que igualmente lleva su reflexión, es algo imaginario,
pero con base en la vida real, de manera que supongo que algunos de
vosotros se sentirán aludidos y otros quizá se transportaran a
cuando fueron niños, porque realmente fuimos todos niños.
Es posible que alguno no entienda lo
que se quiere decir, si ese es el caso, le recomiendo que haga leer
el cuento por un niño y este se lo explicará casi como si lo
hubiera escrito el mismo.
El cuento se refiere a un niño
llamado Pedrito. Si, porque, claro, era un niño y su madre le decía
Pedrito, por supuesto le decía así por su amor de madre, sin
embargo ella misma no era concierte de ello, creía que le decía así
solo porque era pequeño, pero no.
Bueno pero ya no le demos mas vueltas
al asunto y vamos a comenzar con el cuento.
Había una vez un niño muy
inteligente llamado Pedrito, que estaba tramando una siniestra
travesura, porque sabía que su muy antipático padrastro estaba
teniendo una aventura con la niñera que lo cuidaba y estaba
buscando la manera de hacérselo saber a su madre pero sin decírselo.
.
Entonces un día que estaban en la
playa, tuvo una idea. Se sentó a construir un castillo de arena y
cuando ya tenía bastante grande su castillo llamó a su mamá.
Mamiiiiii . . . mira
¿Que estas haciendo Pedrito?
Castillitos de arena
¿Castillitos? . . . pero . . .
este es muy grande debe ser un castillote
Si mami es muy grande
Entonces debes llamarlo
castillote
No, ¿porque? Es un castillito
Fíjate si yo hago uno así de este
tamaño – su madre hizo otro castillo muy pequeño y dijo
Este si es un castillito
Pero, lo hiciste muy rápido, debe
ser un castillo cualquiera
La madre quedó confundida, entonces
buscó con la mirada un edificio muy alto que se veía desde la
playa y lo señaló diciendo:
Fíjate en ese edificio y supón que
es un castillo . . . ¿Es un castillito o castillote?
Depende, tendría que preguntarle
a quien lo hizo
No Pedrito, no depende mas que de
su tamaño
No mami, tu no entiendes, fíjate - dijo Pedrito - voy a ponerte un ejemplo
Pedrito se alejó un poco
y buscó a una señora que estaba cerca de ellos en la playa y la
trajo hasta donde estaba su madre.
Señora - dijo Pedrito – digale
a mi mamá ¿que estoy haciendo yo aquí?
Castillos de arena – dijo la
señora, levantando los hombros, sin entender la intención del
niño.
Su madre al oír una respuesta tan
simple y vacía de sentimientos, intervino, en tono, casi de reclamo
¡No señora! . . . son
castillitos de arena – dijo la madre de Pedrito, dando una
entonación muy marcada a las palabras
Gracias señora – dijo Pedrito y
esta se alejó sin haber entendido el asunto
¿Te diste cuenta mamá?
La mamá de Pedrito quedó mirando por
un momento al niño y aunque se daba cuenta de lo que había hecho, aun estaba un poco confundida, por eso contestó.
Bueno . . . si, pero, o sea . . .
la verdad no lo entiendo exactamente
Pero si es fácil mamá, no tiene
nada que ver con el tamaño, vamos, te pondré otro ejemplo mas
claro:
¿Como se llama la señora que me
cuida?
Guadalupe
Ok, eso es. Y ¿como le dice mi
nuevo papá?
No lo se, ¿como le dice?
Lupita
¡Aahh! . . . ya voy entendiendo .
. . - ahora con un gesto de malicia en su rostro pregunto - yyyy .
. . ¿como le dice ella?
Pedrito hizo como si iba a contestar,
pero su madre adivinó la respuesta en la cara del niño y le
coloco su mano en la boca y se lo impidió.
La madre abrazó a su hijo. Luego hubo
una pausa de varios segundos, al cabo de los cuales la madre dijo en
un murmullo
Voy a matar a ese desgraciado.
En la cara del niño se dibujó una
sonrisa tan angelical . . .
FIN